Nuestros últimos artículos hablaban de problemas en el sector del transporte y la necesidad de cambios, pero no todo es tan negativo. A continuación, vamos a observar cómo podrían ser los medios de transporte del futuro.
El transporte del futuro será veloz
Hablar del futuro del transporte es hablar de velocidad. El imperio romano no hubiera durado tanto sin sus famosas calzadas, acelerando el viaje por su amplio territorio. La luna sería inalcanzable a la velocidad de una avioneta. Es por eso que llegar antes y llegar más lejos son intereses clave de pasajeros y empresarios.
Desgraciadamente, la velocidad puede ser un arma de doble filo. Una mayor velocidad es poco práctica si su consumo es demasiado alto. Adicionalmente, un vehículo veloz necesita una estructura apropiada para poder moverse. De nada nos servirán un camión o un autobús que se mueven como un Formula 1 si no tienen una carretera que les permita usar esta velocidad si riesgo.
El transporte del futuro será automático
Gracias al desarrollo de la investigación en el campo del transporte, hablar de coches autónomos ya no es una utopía. Cada vez más, el transporte tiende a prescindir de los conductores. La revolución comenzó con los aviones, gracias al sistema de pilotaje automático. Por lo tanto, cabe esperar que en el futuro los medios de transporte sean totalmente automatizados. Eso garantizarían desplazamientos seguros de los pasajeros, resolviendo los problemas fisiológicos de los conductores humanos, como la somnolencia.
A este avance hacia la automatización, habrá que añadir modificaciones legislativas para permitir este tipo de transporte sin conductor. Por supuesto, esto no implica que los profesionales vayan a desaparecer de las cabinas de su vehículo. El piloto automático del avión no hace menos importante al piloto, y los conductores se transformarán probablemente también en profesionales más técnicos en lugar de operadores.
Proyectos prometedores para el transporte del futuro
Si nos fijamos en los proyectos que ya se están llevando a cabo en este campo, veremos que estos nuevos transportes del futuro no están lejos. Los siguientes proyectos se encuentran ya en fase de prototipo, y podríamos verlos entre nosotros mucho antes de lo que pensamos.
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El tren de levitación magnética:
Es difícil imaginar un transporte más futurista que un tren volador, pero gracias a la magia del magnetismo, eso es justamente lo que hacen los nuevos trenes de alta velocidad. Técnicamente no «vuelan», sino que utiliza los imanes para levitar sobre los raíles, lo que les permite moverse con un consumo energético más eficiente que un motor tradicional.
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El Hyperloop:
Técnicamente, el Hyperloop también podría llamarse un vehículo volador. La idea de este tren tan futurista es moverse suspendido en un túnel despresurizado. De esta manera, el Hyperloop evita la resistencia del aire además del roce del suelo. Sin barreras físicas, puede moverse hasta a 1300 km/h.
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El Autocar 3D Express:
Como si de un dibujo animado se tratara, el Autocar 3D Express es un autobús que se levanta para dejar pasar a los vehículos por debajo. Gracias a ello, este autobús puede llegar siempre a la hora sin congestionar el tráfico ni usar un carril separado.
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El transporte autónomo:
Ya contamos con coches que se aparcan solos, pero ¿Y coches que se conducen solos? Grandes tecnológicas como Tesla o Google ya están compitiendo por quien puede ser el primero en ofrecer un coche totalmente autónomo. Aunque pueda parecer una locura, actualmente parece que las barreras para estos proyectos son más legislativas que tecnológicas.
Conclusión
Aunque el sector del transporte se enfrente a dificultades, el ingenio humano siempre encuentra salidas. Muchos proyectos actuales demuestran que no hace falta un gran salto tecnológico para encontrar nuevas soluciones. La bicicleta eléctrica o el Autocar 3D Express demuestran que a veces solamente hace falta pensar de forma diferente.
Este ejemplo demuestra que el transporte tiene futuro. Ciertamente, aún nos esperan muchas más sorpresas.