La nueva política europea de transportes tiene como objetivo reducir las emisiones de gases que causan el efecto invernadero. Es sin duda, la preocupación prioritaria para los países europeos desde hace algún tiempo. Es por esto por lo que la Comisión Europea ha puesto en marcha una estrategia para desarrollar un sistema de transporte más competitivo y menos contaminante. Sobre todo, el plan intenta reducir significativamente la dependencia de Europa de las importaciones de petróleo.
Transporte de media distancia: organización de la transición modal
Con esta nueva política europea de transportes, la Comisión Europea se propone introducir cambios profundos en el sistema de transporte de cara al año 2050. Por ejemplo, uno de los objetivos es que el 50% del sistema de transporte interurbano se realice por tren y barco. Por «interurbano», se entienden las ciudades que están situadas a una distancia mínima de 300 km. En el caso del transporte de mercancías, de aquí a 2030, alrededor del 30 % del transporte por carretera debería ser transferido al ferrocarril o al transporte por vías navegables interiores. Esta cifra podría alcanzar el 50% en 2050. La Comisión cuenta actualmente con una mejor gestión del sistema europeo de información como es el pago para el transporte multimodal. Se trataría de un marco reglamentario ferroviario que ya se encuentra en la agenda europea. Si se sigue por el buen camino, se debería avanzar hacia una nueva organización del sector para el año 2020.
Optimización de los modos de transporte de larga distancia
En este ámbito, la Comisión Europea ya cuenta con una nueva política europea de transportes. Consiste en una optimización y desarrollo de nuevos motores, combustibles y herramientas de gestión del tráfico.
En lo referente a los carburantes, se quiere conseguir aumentar la cuota de los carburantes ecológicos hasta el 40%. En particular en el sector del transporte aéreo se favorecerán los agro-combustibles de segunda y tercera generación. No obstante, hay que subrayar que la investigación técnica y económica de estos diferentes productos sigue siendo muy vaga. Esto impide saber con certeza si estos combustibles estarán disponibles para el año 2050.
Con la implementación del Cielo Único Europeo en 2020 se conseguirá una mejora en la eficiencia de transporte aéreo. Un proyecto en el que participarán 58 países y más de mil millones de habitantes.
Un cambio de rumbo para el transporte urbano
En lo que respecta al transporte urbano, todo indica que los vehículos tradicionales tenderán a desaparecer de las ciudades en 2030. Para el año 2050 se espera que hayan desaparecido por completo. Estos avances se preveen también en el sector del transporte de mercancías por carretera.
A día de hoy, la Comisión Europea tiene la intención de apoyar a los municipios en el establecimiento de procedimientos y ayudas financieras con vistas a la realización de auditorías y planes de movilidad urbana. Entre las cuestiones que se pretenden abordar, se encuentran los peajes urbanos y otros sistemas de restricción de acceso.