El aumento de la competencia provocado por la llegada de los actores del Este plantea varias dificultades para el transporte por carretera en Europa. Van desde las luchas internas entre los distintos actores por hacerse con una pequeña parte del mercado hasta los desafíos que plantea la contratación.
Ampliamos esta información en las siguientes líneas:
Un margen supeditado a la situación económica
El transporte por carretera en Europa necesita fluidez. Así es, en la actualidad, la situación socio-económica tiende a influir en los beneficios de los transportistas.
Podemos tomar el ejemplo de las manifestaciones de 2018 llevadas a cabo por los chalecos amarillos. Han tenido un impacto adicional en el balance anual del sector, que, como es sabido, ofrece unos márgenes bastante modestos, que oscilan entre el 1 y el 1,5%.
Un sector enfrentado a numerosas mutaciones
El sector europeo del transporte por carretera intenta plantar cara a la creciente competencia, especialmente la procedente de Europa del Este. En el transporte internacional, cada vez es más difícil ganar cuota de mercado.
Por ejemplo, en otros tiempos, los actores franceses del sector dedicaban un 50% de su actividad al transporte internacional. Hoy en día, esta rama particular de su negocio de transporte representa generalmente sólo entre el 8 y el 10%.
Como resultado, se reduce el número de kilómetros recorridos por los conductores de camiones en el curso de su transporte. Actualmente esta distancia se sitúa, de media, en unos 130 kilómetros.
También hablaremos del cabotaje, que consiste en que los conductores de camiones procedentes del extranjero realizan transporte interno además de sus entregas internacionales. Se trata de otro duro golpe para el mercado local.
Incluso desde el punto de vista social, el sector europeo del transporte por carretera sigue enfrentándose a muchas disparidades. Se han realizado esfuerzos de armonización normativa, pero todavía están lejos de ser satisfactorios. También entran en juego los obstáculos relacionados con el aumento de los precios de los combustibles. Además, el sector se está endureciendo en torno a los actores debido a la introducción de impuestos relacionados con el medio ambiente.
Finalmente, el sector del transporte por carretera en Europa sufre un problema de imagen y vulgarización. Como resultado, hay una falta de perfiles que vayan en busca de esta rama laboral para dedicarse a ella. Todavía queda un largo camino por recorrer en este ámbito, a fin de que los esfuerzos por hacer que el transporte europeo por carretera sea más limpio y esté más en consonancia con los requisitos de su tiempo sean reconocidos y se conviertan en factores de atracción.