La crisis sanitaria provocada por el coronavirus sigue afectando de forma duradera a las empresas y a los especialistas en logística de todo el mundo. Estos últimos se enfrentan a una crisis sin precedentes que pone en tela de juicio el funcionamiento de la cadena logística mundial. La crisis se hace notar especialmente mediante los numerosos problemas de abastecimiento que están experimentando las empresas. A modo de efecto dominó, cada perturbación se ha traducido en un efecto aún más devastador, hasta el punto de llegar a afectar al consumidor final. Es poco probable que esta crisis global termine en 2022. Y de ello hablaremos en este artículo.
Dificultades considerables que se van a prolongar
Si observamos los hechos, podemos advertir cómo el sistema logístico mundial ha sido afectado por la crisis actual. Por ejemplo, en Francia, casi el 45% de las empresas industriales aseguran que sus actividades se encuentran en dificultades debido a los problemas de suministro. La razón es sencilla: cada vez son más los plazos de entrega que se incumplen. ¡Son incluso dos veces más largos que antes de la crisis y más lentos que a principios de 2020!
En los puertos marítimos, existe un verdadero embotellamiento. Muchos barcos anclados en alta mar llevan días esperando a ser descargados. Al no haber ningún barco que los lleve de vuelta a Asia, los contenedores vacíos se han ido acumulando. No obstante, los armadores han venido aplicando numerosas iniciativas para remediar la situación. A pesar de ello, las terminales portuarias siguen tan saturadas como antes, lo que sigue provocando bloqueos en la cadena de suministro.
Ya sea usted un industrial, un transportista o un consumidor final, todo el mundo se ve afectado por el problema. Los precios del transporte y del flete se han disparado hasta alcanzar récords inimaginables. En todos los frentes, las dificultades persisten. Y según muchos expertos, las dificultades no van a terminar pronto.
La crisis mundial continuará en el 2022
Varios países han establecido programas de estímulo para darle un giro a la situación. Tal es el caso de los Estados Unidos, con el plan de infraestructuras propuesto por el presidente Joe Biden. Existen muchas propuestas de solución provenientes de todas las partes, lo cual refleja la implicación de los miembros del sector logístico.
De todos modos, la crisis logística mundial continuará en 2022. La razón es sencilla: los factores subyacentes son profundos y complejos. Las primeras interrupciones se remontan a los primeros días de la pandemia. En aquella época, la mayoría de las fábricas del mundo tuvieron que cerrar porque se vieron afectadas por la propagación del virus.
Como resultado, tuvieron que parar y reducir drásticamente el ritmo de producción. Al igual que estas fábricas, la mayoría de las compañías navieras redujeron la frecuencia de sus servicios. Estas pensaron que la demanda de transporte sufriría una caída por culpa de la pandemia.
Y sucedió exactamente lo contrario. Aunque la demanda se desplomó, ésta se limitó a los sectores de prestación de servicios. A cambio, la gente empezó a consumir más. Sus compras adicionales sobrecargaron el sistema y provocaron cuellos de botella en la cadena de suministro en muy poco tiempo. El sector logístico quedó así en crisis.
Aunque la crisis logística mundial continuará, es posible que quienes se dedican al transporte y a la logística sean capaces de reducir los daños. Para ello, tendrán que encontrar soluciones nuevas y más eficaces.